[…] III – En oposición a un mundo igualitario, el divino ejemplo de la obediencia.
A la luz de la doctrina que el Evangelio de la fiesta de la Sagrada Familia nos ofrece, la primera lectura (Edo 3, 3-7.14-17a) adquiere una perspectiva altísima: “Quien honra a su padre, alcanza el perdón de los pecados […]. Quien respeta a su madre es como alguien que acumula tesoros. […] la caridad hecha a tu padre no será olvidada, pero servirá para reparar tus pecados, y en la justicia, servirá para tu edificación” (Edo 3, 4-5.15-17a).