[…]¡El poder de la oración pertinaz!
Con
insuperable belleza literaria, en este domingo, Jesús no sólo nos enseña a
rezar bien, sino también nos indica los medios de hacer infalible nuestra
oración, alentándonos a tener una confianza sin límites en sus palabras
divinas.
I – La oración de Jesús
I – La oración de Jesús
Jesús ora al Padre en cuanto
hombre
Un gran misterio y divino ejemplo eran las oraciones de Jesús al Padre. ¿Cómo explicar la actitud del Hombre-Dios rogando al Padre por tantas intenciones, si Él mismo es omnipotente y, sobre todo, siendo ellos iguales entre sí? ¿No parece un tanto contradictorio que Dios pida a Dios un auxilio para sí propio? ¿No sería más adecuado que Él directamente haga efectivos sus anhelos, en lugar de orar?
Un gran misterio y divino ejemplo eran las oraciones de Jesús al Padre. ¿Cómo explicar la actitud del Hombre-Dios rogando al Padre por tantas intenciones, si Él mismo es omnipotente y, sobre todo, siendo ellos iguales entre sí? ¿No parece un tanto contradictorio que Dios pida a Dios un auxilio para sí propio? ¿No sería más adecuado que Él directamente haga efectivos sus anhelos, en lugar de orar?