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jueves, 30 de diciembre de 2021

¡Santa María Madre de Dios… y Madre nuestra! - (Ciclo C) por Mons. João Clá Dias, EP

El 1 de enero, la Iglesia celebra la Solemnidad de Santa María Madre de Dios.

Nosotros debemos imaginar a Nuestra Señora impregnada, penetrada lo más posible de gracias místicas, sintiendo en el fondo del alma quien es Dios realmente, quien realmente es el Padre, quien es realmente el Espíritu Santo, quien realmente es el Hijo, que es Hijo de Ella.

jueves, 23 de diciembre de 2021

Comentario al Evangelio de Misa de medianoche de la Natividad del Señor -Ciclo C- por Mons. João Clá Dias, EP

[...] En una noche mística… ¡nace el Salvador de la humanidad!

San Pablo subraya el papel de la gracia que Jesús ha traído: «enseñándonos a que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, llevemos ya desde ahora una vida sobria, justa y piadosa, aguardando la dicha que esperamos y la manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo» (Tit 2, 12-13). En el original griego, el verbo enseñar posee una connotación que va más allá del concepto de la mera transmisión de una doctrina, e incluye también la noción de dar fuerza, de infundir la capacidad de practicar lo que se aprendió, a la manera del águila cuando entrena a sus crías para el vuelo. La enseñanza que da la gracia penetra con vigor en lo más profundo del alma y, al hacernos amar lo que entendemos, nos vuelve aptos para practicarlo. Por lo tanto, nuestra inteligencia no puede abarcar esa mudanza que Jesús introdujo en la faz de la tierra. Necesitaríamos ojos divinos para contemplar todo el proceso histórico después del pecado original, desde Adán y Eva hasta el nacimiento del Redentor, y, a partir de aquí, la irradiación de la gracia, enseñando e infundiendo fortaleza a las personas para cambiar de mentalidad. No es diferente lo que el Apóstol resalta en el último versículo presentado en la segunda lectura: «El cual se entregó por nosotros para rescatarnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo de su propiedad, dedicado enteramente a las buenas obras» (Tit 2, 14).

jueves, 16 de diciembre de 2021

Comentario al Evangelio - IV Domingo de Adviento - Ciclo C (domingo 19 de diciembre) por Mons. João Clá Dias, EP

[…] Pidamos a la Virgen que nos hable en el fondo del corazón y nos transforme.

Es interesante analizar el elogio de Isabel a María Santísima, al reconocerla como "Aquella que creyó". Venía ella padeciendo desde hacía seis meses las consecuencias de la incredulidad de su esposo que, por dudar del anuncio angélico sobre el nacimiento de San Juan Bautista, quedó mudo.

jueves, 9 de diciembre de 2021

Comentario al Evangelio - III Domingo de Adviento o Gaudéte* - Ciclo C (12 de diciembre) por Mons. João S. Clá Dias, EP


[…] III - La alegría está a nuestro alcance.

Tener siempre en vista la propia resurrección, a pesar de conocer perfectamente la desintegración de los cuerpos, después de enterrados y transformados en polvo; tener una esperanza de, post mortem entrar en una convivencia eterna con Dios, después de haber recuperado el mismo cuerpo en estado glorioso para en el Cielo gozar de la felicidad eterna; ahí está lo que nos da fuerza y ​​coraje. Entonces, ¿por qué correr detrás de alegrías dónde no existen?

La insustituible felicidad de la buena conciencia

Muchas veces ignoramos o nos olvidamos que la pérdida de la inocencia bautismal constituye el mayor perjuicio de la vida. Significa perder el mayor tesoro que nos ha sido confiado por las dadivosas manos de la Providencia pues, perdida esta inocencia, luego las malas inclinaciones se manifiestan con más vehemencia y es común que sucedan las caídas, pudiendo incluso llegar el alma a la triste situación apuntada por Nuestro Señor en el Evangelio: "Todo hombre que se entrega al pecado, se convierte en su esclavo" (Jn 8, 34).

Monseñor Joao S. Clá Dias, EP

De hecho, cuando cometemos la infelicidad de caer en el pecado, estamos engañosamente buscando una felicidad derivada de un placer, el cual creemos que es infinito y eterno. Tal placer, sin embargo, es siempre fugaz y sumerge nuestra alma en la frustración. ¡Oh naturaleza débil! Corres detrás de un vacío pensando haber encontrado lo absoluto, vas en busca de la alegría donde ella no se encuentra! Con propiedad afirma San Agustín: "Alegrarse en la injusticia, alegrarse en la torpeza, alegrarse en las cosas viles e indecorosas... en todo eso cifra el mundo su alegría; en todo eso que no existiría si el hombre no quisiera. [...] La alegría del siglo consiste en la maldad impune. Entregarse a la disolución de los hombres, fornicar, divertirse en los espectáculos, embriagarse, mancharse de torpezas sin ningún contratiempo: he aquí la alegría del mundo. Pero Dios no piensa como el hombre, y unos son los designios divinos, otros los humanos”. [12]

Con la deliberación de abrazar el pecado nos alejamos de la verdadera e insustituible alegría de la buena conciencia, que ninguna fortuna, ningún placer carnal, ningún orgullo satánico, ninguna gloria mundana puede ofrecer. Si algún día tenemos la desventura de manchar nuestra inocencia, busquemos pronto recuperar un corazón puro y un espíritu firme (Sal 50, 12), lavando y purificando el alma en el Sacramento de la Confesión. Quien nunca sintió el consuelo por la certeza de haber sido perdonado, al salir de un confesionario, no conoce una de las mayores felicidades que en esta vida se puede experimentar. El gaudio de recuperar la inocencia perdida vale más que todo en la faz de la Tierra.

Alegría: el verdadero dinamismo interior

Concluyendo, es necesario comprender que, aún en las peores situaciones, jamás debemos abatirnos; al contrario, debemos estar llenos de confianza. Dios, según la enseñanza maravillosa presentada en el Evangelio de este domingo [Domingo 3° de Adviento], está continuamente a nuestra disposición y quiso darnos a su propia Madre Santísima para acompañarnos y atendernos. Por lo tanto, sigamos el consejo de San Agustín: “’alegraos siempre en el Señor’, esto es alegrarnos en la verdad, no en la iniquidad; alegraos en la esperanza de la eternidad, no con las flores de la vanidad. ¡Alegraos de este modo y en cualquier lugar, y en todo tiempo acordaos que ‘el Señor está próximo! No os inquietéis con nada’” [13]

Seamos alegres hasta en las peores tragedias, pues la alegría nos mantendrá el dinamismo y la fuerza necesaria para practicar la virtud. De este modo, el Niño Jesús encontrará nuestras almas prontas para recibirlo en el supremo momento en que nacerá místicamente en la Sagrada Liturgia y en nuestro corazón.

* Gaudéte, alegría en latín.

[12] SAN AGUSTIN. Sermo CLXXI, n.4. In: Obras. Madrid: BAC, 1958, v.VII, p.147.

[13] Idem, n.5, p.148-149.

Fuente: Monseñor João S. Clá Dias, EP in “Lo inédito sobre los Evangelios” Volumen III, Librería Editrice Vaticana.

[Monseñor João S. Clá Dias, EP es fundador de los Heraldos del Evangelio]

Se autoriza su publicación citando la fuente.
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jueves, 2 de diciembre de 2021

Comentario al Evangelio - Domingo II de Adviento - Ciclo C (domingo 5 de diciembre) por Mons. João Clá Dias, EP

[…] Dios debe estar en el centro de la vida del hombre.

6 “‘Y todas las personas verán la salvación de Dios’”

Estas palabras finales son muy exactas, no sólo para significar la universalidad de la misión de Nuestro Señor Jesucristo, sino también la actitud de los hombres en relación a Él, libres que son para aceptarlo o rechazarlo y, en vista de eso, obtener la salvación o la perdición eterna. Esa es la razón por la cual San Juan Bautista no dijera que todos se salvarán, como comenta el padre Duquesne: “El Salvador, enviado de Dios, vino para todos los hombres y fue anunciado a todos los hombres; no obstante, no todos lo reconocerán y lo seguirán. Pero vendrá el día en que todos lo verán como su Juez”. [18]

miércoles, 24 de noviembre de 2021

Comentario al Evangelio - Domingo I de Adviento -Ciclo C- (domingo 28 de noviembre) por Mons. João S. Clá Dias, EP


[...] Las cuatro semanas de Adviento.

El Tiempo de Adviento se compone de cuatro semanas, representando los siglos y los milenios que esperó la humanidad por la venida del Redentor. En este período, todo en la Liturgia se reviste de austeridad –se omite el Gloria, los ornamentos son violetas y las flores no adornan el interior de los templos- para recordar “nuestra condición de peregrinos, anclados aún en la esperanza”, como afirma el famoso liturgista Manuel Garrido. [6]

jueves, 18 de noviembre de 2021

Comentarios a la Solemnidad de Cristo Rey (domingo 21 de noviembre) por Mons. João Clá Dias, EP

 La Iglesia, manifestación suprema del reinado de Cristo.

El júbilo y hasta la emoción, penetran nuestros corazones cuando contemplamos estas inflamadas palabras de San Pablo: “Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificándola en el bautismo de agua por la Palabra, para presentar a sí mismo esta Iglesia gloriosa, sin mancha ni arrugas ni nada semejante, pero santa e inmaculada” (Ef 5, 25-27).

miércoles, 10 de noviembre de 2021

Comentario al Evangelio Domingo XXXIII del T. O. -Ciclo B- (domingo 14 de noviembre) por Mons. João Clá Dias, EP


El horizonte más grandioso

La majestad de Cristo sobre las nubes viniendo para juzgar a la tierra, así como la esplendorosa grandeza del fin del mundo, disipa de nuestros espíritus las vivencias mundanas, desvelando en su fulgor la verdadera meta de nuestra vida: la eternidad. […]

III – ¡Elevemos nuestros corazones!

El mundo moderno está siendo arrastrado hacia la más profunda y sombría desesperación por las olas del caos, éste en buena medida organizado. Aterrorizadas ante la perspectiva de perder la salud y bombardeadas por las continuas solicitudes de la tecnología, las personas fácilmente se convierten en marionetas en manos malintencionadas. Así, muchos se dejan guiar por la opinión dominante, vagando sin rumbo definido, de tal manera que todos se desplazan con movimiento frenético, pero pocos saben hacia dónde son llevados.

jueves, 4 de noviembre de 2021

Comentario al Evangelio del Domingo XXXII del T. O. -Ciclo B- (domingo 7 de noviembre) por Mons. João Clá Dias, EP


¡Dar, dar de sí, darse por entero!

Ante las falsas apariencias derivadas del orgullo, manifestadas en la hipocresía de los doctores de la Ley, Nuestro Señor Jesucristo nos exhorta a ser sinceramente generosos como la pobre viuda, dando todo de nosotros mismos por amor a Él. […]

Remedio para nuestras miserias y amparo contra las tentaciones

Cuando alguien se entrega a sí mismo, su egoísmo termina siendo sofocado en beneficio de servir a los demás. Servir, ya sea dando un buen ejemplo, un buen consejo o dando alguna ayuda, repara nuestras faltas y al mismo tiempo nos mantiene alejados del pecado. Entonces, una forma de ganar fuerzas para enfrentar la tentación es darnos a nosotros mismos.

jueves, 28 de octubre de 2021

Comentario al Evangelio Domingo XXXI del T. O. -Ciclo B- (domingo 31 de octubre) por Mons. João Clá Dias, EP

¿Qué es más importante: amar a Dios o conocerlo? ¿Para salvarnos basta la inteligencia? ¿O, al contrario, el amor excluye la aplicación de la inteligencia?

Algunas técnicas de caída libre tienen semejanzas con la vida espiritual.

[…] ¿Conocer o amar?

Santo Tomás [16] demuestra que la inteligencia y la voluntad tienen movimientos contrarios: mientras la primera trae hacia sí el objeto conocido, la segunda vuela rumbo a la cosa amada. Al entender algo inferior a nosotros mismos, le damos un valor mayor al que en realidad tiene. Por ejemplo, cuando analizamos una vaquita de San Antonio y notamos las relaciones entre ella, el orden del universo y Dios, y desarrollamos una filosofía sobre ella, atribuyéndole cualidades que, absolutamente hablando, puede que no posea, la vaquita de San Antonio se enriquece en nuestra mente. Por el contrario, al intentar comprender qué es superior a nosotros, -un santo varón, un personaje lleno de sabiduría...-, terminamos por menospreciarlo, para que quepa en nuestro intelecto.

viernes, 22 de octubre de 2021

Comentario al Evangelio Domingo 30° del T.O. -Ciclo B- (domingo 24 de octubre) por Mons. João Clá Dias, EP

 […] Un ciego de Dios ignora el poder de Jesús.

A Bartimeo le faltaba uno de los elementos esenciales para enriquecerse, por esto cayó inevitablemente en la pobreza pasando a vivir de las limosnas. Para los ciegos de Dios, sin embargo, es posible hacer una fortuna; pero desde este punto de vista, es aún más lamentable: cuando sus ojos carnales se cierren definitivamente a la luz del día, los espirituales se abrirán inmediatamente, pero qué tarde será para ver la gran dimensión de su verdadera miseria en todo su horror. Y, ojalá no sea ese el momento de su desesperación.

jueves, 14 de octubre de 2021

Comentario al Evangelio Domingo XXIX del T.O. -Ciclo B- (domingo 17 de octubre) por Mons. João Clá Dias, EP

 

¿Hay vida sin sufrimiento?

[…] El absurdo de querer adaptar Dios a nuestra mentalidad.

Como los Apóstoles buscaron constantemente adaptar a su mentalidad anterior las extraordinarias revelaciones hechas por Nuestro Señor, permanecieron con una visión distorsionada de la Buena Nueva hasta el día del descenso del Paráclito al Cenáculo. Allí, el mismo Espíritu Santo asumió las virtudes que habían sido infundidas en sus almas, e hizo que los dones, pasivos como un candelabro apagado, se iluminaran con todas las energías posibles. Sólo mediante la acción de estos dones las virtudes infundidas pueden alcanzar su pleno y perfecto desarrollo. [15]

jueves, 7 de octubre de 2021

Padre Alberto Arcos Pérez: “Los defensores rigoristas de la Teología de la Liberacion quieren poner en contra del Concilio Vaticano II a los que siguen la tradición de la Iglesia”

 
Nota: Esta semana, de modo extraordinario, no publicamos el acostumbrado comentario al Evangelio dominical de Mons. Joao Clá, EP. A cambio lo hacemos con trechos de la Homilía del Padre Alberto Arcos Pérez, del pasado domingo 3 de octubre -XXVII Domingo T.O. Ciclo B-, que será del interés de nuestros lectores. Se trata de una temática que no queríamos dejar de compartir.

"EL VÍNCULO MATRIMONIAL REPRESENTA EL MATRIMONIO MÍSTICO ENTRE CRISTO Y LA IGLESIA"

La unión matrimonial es indisoluble, como lo es también la del fundador con su obra religiosa…

[…] Esa unión indisoluble del hombre con la mujer [a través del Sacramento del Matrimonio], y esa unión igualmente indisoluble de Cristo con la Iglesia, también se da en la unión del Fundador de una institución religiosa con su obra, con su fundación. Y, en la medida que esa fundación tenga unión con el fundador, con el espíritu del fundador, con su carisma; con su doctrina, con su modos de ser, de actuar, de pensar, de dirigir, etc., esa fundación tendrá vida. Tendrá vida espiritual, se va a santificar, conseguirá nuevas vocaciones, se expandirá en cuanto al número de sus miembros, y perdurará en el tiempo. ¡Esa unión con el Fundador es fundamental!

jueves, 30 de septiembre de 2021

Comentario al Evangelio – Domingo XXVII del T.O. -Ciclo B- (domingo 3 de octubre) por Mons. João Clá Dias, EP

La inocencia, la eterna Ley…

Después de devolver al matrimonio a su pureza original, el Divino Maestro enseña que la inocencia debe regir al ser humano en cualquier estado de vida. […]

La fórmula para conquistar el Cielo

15 “En verdad os digo: quien no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él”. 16 Él abrazaba los niños y los bendecía, imponiéndoles las manos.

Entendamos esto: somos criaturas contingentes, ¡necesitamos de la ayuda de Dios! Es necesario ser "como un niño" para reconocer su voluntad y cumplirla: ya sea en el matrimonio, con la voluntad de armonizar con el cónyuge, o en el estado religioso, con el alma abierta a todo lo que viene de lo alto, a la manera de un niño dócil a las enseñanzas de sus padres.

viernes, 24 de septiembre de 2021

Comentario al Evangelio – Domingo XXVI del T.O. - Ciclo B- (domingo 26 de septiembre) por Mons. João S. Clá Dias, EP


¡Ay de quien escandalice!

El Divino Maestro nos muestra como no se puede hacer la mínima concesión al mal, porque para conquistar el Cielo es preciso ser íntegro en la práctica del bien. […]

IV – La obligación del buen ejemplo

La conclusión del Evangelio de este domingo nos lleva a comprender que, así como no podemos causar escándalo –sobre todo a los pequeños-, en sentido contrario, tenemos la obligación de edificar al prójimo. Y como reparación por los innumerables escándalos que observamos, debemos vivir dando buen ejemplo a todos, practicando el esfuerzo de hacer todo aquello que pueda tornarnos modelos de santidad para los que con nosotros conviven.

jueves, 16 de septiembre de 2021

Comentario al Evangelio – Domingo XXV del T.O. Ciclo B (domingo 19 de septiembre) por Mons. João S. Clá Dias, EP


El secreto del verdadero éxito.

El corazón humano anhela realizarse de un modo más brillante, pero las pasiones desordenadas lo llenan de vanas ilusiones. ¿Qué hacer? Jesús nos muestra el secreto para lograr el auténtico y duradero éxito.

 III – El camino más seguro al Cielo

El Evangelio de este vigésimo quinto domingo del Tiempo Ordinario constituye un enorme desafío para cada fiel. Las enseñanzas del divino Maestro, en palabras y gestos, nos indican el camino de la inocencia y de la humildad como vía privilegiada para acceder al Paraíso celestial. Sin embargo, hacernos como niños, sin pretensiones y del todo serviciales, puede parecer un ideal cándido y fácil, pero no lo es.

viernes, 10 de septiembre de 2021

Comentario al Evangelio – Domingo XXIV del T.O. Ciclo B (domingo 12 de septiembre) por Mons. João Clá Dias, EP


¿Salvar o perder la vida?

Preparando los Apóstoles para lo que vendría, Jesús les revela simultáneamente su divinidad y su próxima Pasión. Las reacciones de Pedro les valieron el elogio y el reproche del Señor, y el episodio termina con Jesús invitándonos a seguirlo: “Tome su cruz”. […]

IV – Las condiciones para seguir a Cristo

36 Entonces llamó la multitud con sus discípulos y dijo: “Si alguien me quiere seguir, renuncie a sí mismo, tome su cruz y me siga. 35 Pues, quien quiera salvar su vida, va a perderla; pero quien pierda su vida por causa de mí y del Evangelio la salvará”.

viernes, 3 de septiembre de 2021

Comentario al Evangelio – Domingo XXIII del T.O. (domingo 5 de septiembre) por Monseñor João S. Clá Dias, EP


Una sordera peor que la sordera física.

El milagro de la cura del sordomudo nos alerta contra la peligrosa perspectiva de una sordera mucho peor que la física: el cierre de nuestras almas a la voz de Dios. […]

El remedio: aproximarnos a Él

A esta altura nos preguntamos: “¿Cuál es el remedio para eso?” Lo encontramos en el Evangelio de este domingo 5 de septiembre: el sordomudo es presentado a Jesús, pues sólo el poder de Dios es capaz de sanar a quien llega al estado de sordera y de mutismo espiritual. Por tanto, no se trata de huir de Él, sino de buscarlo. A aquel, Nuestro Señor lo llevó aparte. Detalle simbólico, porque en medio del tumulto del mundo, de las atracciones de la sensibilidad y de las ilusiones del demonio, es imposible para un sordo darse cuenta de su situación espiritual. Por eso, es necesario sacarlo de ocupaciones moralmente peligrosas, apartarlo de las malas relaciones, llevarlo a desprenderse de todo lo que lo aleja de Dios. Es decir, la primera condición para la curación es unirse a Dios y apartarse del mundo.

Para perseverar frente la decadencia moral de la sociedad contemporánea, es indispensable no abandonar nunca la mano extendida de Cristo y pedir que el dedo divino, símbolo de su poder, sea puesto en nuestros oídos. Además, pidamos una infusión de la sabiduría de Nuestro Señor, representada por su saliva, porque sin ella sería inútil recuperar la audición y el habla.

Jesús nos toca, a través de los Sacramentos. ¡Si Él curó con la saliva, imaginemos cual no será el efecto de la Eucaristía –que es Él en substancia-, si la recibimos con fe y apertura de alma!

¡Recuperada la voz, hablemos de Él para todos!

Finalmente, no nos olvidemos que Él, “mirando hacia el Cielo, suspiró”. Es la manifestación de su deseo de que tengamos nuestros ojos continuamente elevados. ¡Sólo así –a la orden de Él, “¡Efetá!”- es que los oídos se abren y la lengua se suelta para comenzar a hablar sin dificultad! Como aquellos que presenciaron el portentoso milagro del Evangelio, debemos salir difundiendo sus maravillas para poner al mundo entero al tanto de la misericordia usada para con nosotros, como la mejor manera de reparar nuestras faltas y ser agradecidos con Aquel que nos sanó. Sobre todo, nunca guardemos en el fondo del alma lazos con la fuente de nuestras maldades y con ocasiones que nos llevan a pecar.

Que la Santísima Virgen nos obtenga la gracia de no caer nunca en el terrible defecto de guardar silencio sobre las cosas de la Fe, y aun cuando tengamos que ocuparnos de asuntos secundarios de nuestras obligaciones, hagámoslo siempre con deseos de pronto volver a horizontes más elevados y sublimes.

Fuente: Comentário ao Evangelho 23º Domingo do Tempo Comum – Ano B – por Mons. João Clá Dias

[Monseñor João Scognamiglio Clá Dias, EP es fundador de los Heraldos del Evangelio]

Se autoriza su publicación citando la fuente.

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jueves, 26 de agosto de 2021

Comentario al Evangelio – Domingo XXII del T.O. (domingo 29 de agosto) por Mons. João S. Clá Dias, EP

 
¿Dónde está mi corazón?

Ante la hipocresía farisaica, el Divino Maestro demuestra que el hombre no se define por las exterioridades, sino por las intenciones nacidas del corazón. […]

El horrible defecto de la hipocresía

viernes, 20 de agosto de 2021

Comentario al Evangelio – Domingo XXI del T.O. (domingo 22 de agosto) por Mons. João Clá Dias, EP


“¿A quién seguiremos, Señor…?”

En un episodio decisivo en el anuncio del Reino de Dios, los discípulos se dividieron entre aquellos que se escandalizaron con las palabras de Jesús y aquellos que, aún sin entenderlas, las aceptaron por un acto de fe.

jueves, 12 de agosto de 2021

Comentario a la Solemnidad de la Asunción de la Virgen (domingo 15 de agosto) por Mons. João Clá Dias, EP

 

Asunción de la Virgen – Como María, nadie más.

La Asunción de la Virgen a los Cielos en cuerpo y alma nos revela los frutos de la escucha fiel de la Palabra de Dios, que supo guardar en su corazón y poner en práctica.

[...] ¿Murió la Santísima Virgen?

jueves, 5 de agosto de 2021

Comentario al Evangelio – Domingo XIX del T. O. (domingo 8 de agosto) por Mons. João S. Clá Dias, EP

Mons. Joao Clá Dias, EP.

“Yo soy el Pan vivo bajado del Cielo”.

Al comer del fruto prohibido, nuestros primeros padres pecaron y entró la muerte en el mundo. Por medio de otro alimento, el “Pan bajado del Cielo”, nos fue reintegrada la vida. En la Eucaristía, el propio Dios se ofrece al hombre como comida, dándole infinitamente más de lo que había perdido. [...]

Alimento que comunica la virtud vivificadora

Recurramos a la ciencia teológica y al talento de Dom Guéranger para explicitar mejor los efectos maravillosos y sobrenaturales de la Eucaristía, en aquellos que la reciben en condiciones dignas. Como lo es el alimento para aumentar y sostener la vida, explica, la Palabra de Dios “se convirtió en alimento vivo y vivificante, bajado de los Cielos. Al participar Él mismo de la vida eterna, que extrae directamente del seno del Padre, la carne del Verbo comunica esta vida a quienes se alimentan de ella. Aquello que es corruptible por su naturaleza, como dice San Cirilo de Alejandría, no puede ser vivificado a no ser por la unión corporal al cuerpo de aquel que es vida por naturaleza. Del mismo modo que dos trozos de cera fundidos por el fuego pasan a ser un solo, así sucede con nosotros y con el Cuerpo de Cristo, debido a la participación en su Cuerpo y Sangre preciosos […] Como un poco de levadura, dice el Apóstol, toda la masa sube (1 Co 5, 6), así este Cuerpo, penetrando en el nuestro, transforma el todo en sí mismo. Así como nada puede penetrar en nuestra sustancia corporal excepto a través de la comida y la bebida. Este es el camino, propio de su naturaleza, por el cual nuestro cuerpo adquiere la virtud vivificante”. [18]

jueves, 29 de julio de 2021

Comentario al Evangelio – Domingo XVIII del T.O. (domingo 1 de agosto) por Mons. João S. Clá Dias, EP

Los hebreos reciben el maná en el desierto, prefigura de la Eucaristía

I – Dios educa al pueblo elegido.

Los textos de la liturgia del 18° domingo del Tiempo Ordinario (en este caso el domingo 1 de agosto) contemplan episodios que, a pesar de la gran distancia cronológica, tienen íntima relación entre sí. La primera lectura, tomada del Libro del Éxodo, relata una murmuración de los hijos de Israel por causa de la escasez de alimento por la que pasaban en el desierto. Estado de espíritu que revela la ingratitud característica de personas de “cerviz dura y corazón de piedra” (Ez 2, 4).

viernes, 23 de julio de 2021

Comentario al Evangelio – Domingo XVII del T.O. (domingo 25 de julio) por Mons. João S. Clá Dias, EP

 

I – Antecedentes.

Los apóstoles retornaban junto al Divino Maestro, llegados de grandes actividades y predicaciones coronadas de éxito, a pesar de algunos probables contratiempos. A la alegría del rencuentro se sumó el deseo de narrar a Jesús “todo lo que habían hecho y enseñado” (1), ciertamente en una atmósfera de mucha alegría, debido a la insuperable y paternal acogida de quien los oía. Era la primera vez que se alejaban de Jesús para ejercer misiones apostólicas, a partir de las cuales ya no irían más a la búsqueda de peces, debatiéndose contra vientos y tempestades, sino a la conquista de almas para el Reino de Dios.

viernes, 16 de julio de 2021

Comentario al Evangelio – Domingo XVI del T. O. (domingo 18 de julio) por Mons. João S. Clá Dias, EP

 

[…] IV –Jesús nos gobierna con dulzura

33 Muchos los vieron partir y reconocieron que eran ellos. Saliendo de todas las ciudades, corrieron y llegaron junto a ellos.

No sabemos si, debido al viento, el barco habrá dado vueltas en sentido contrario, o si decidieron retrasar el desplazamiento por el hecho que la conversación había sido atrayente. Lo cierto es que un gran público los precedió en aquella distancia de 12 quilómetros (12). Hombres, mujeres, niños –varios de ellos enfermos- cruzaron el río Jordán en un verdadero testimonio de fe y de devoción a Jesús. “Así también, nosotros no debemos esperar que Cristo nos llame, sino que debemos anticiparnos para llegar hasta Él, conforme comenta Teófilo (13).

viernes, 9 de julio de 2021

Comentario al Evangelio – Domingo XV del T.O. (domingo 11 de julio) por Mons. João S. Clá Dias, EP



[…] IV – Dios da para cada época, los remedios más adecuados.

El mundo moderno necesita ser evangelizado no menos que el antiguo. Pero a veces, podemos sentirnos en desventaja en comparación con el pasado, al ver el avance abrumador del mal y la falta de trabajadores para anunciar la Buena Nueva.

¿Dónde están los nuevos apóstoles capaces de hacer milagros, como los de antaño, de expulsar los espíritus impuros y de predicar la penitencia como ellos? Dios siempre da para los males de cada época los remedios más adecuados. Cuando Jesús convocó a los Doce, era más conveniente, por el bien de las almas, que realizaran portentosos prodigios con el fin de probar la veracidad de la admirable doctrina que predicaban.

jueves, 1 de julio de 2021

Comentario al Evangelio – Domingo XIV del T.O. (domingo 4 de julio) por Mons. João Clá Dias, EP


Engañado, el hombre busca la felicidad en los caminos del egoísmo, juzgando que es mucho más feliz cuanto más piensa en sí mismo. Ignora que la verdadera alegría del alma se encuentra sólo en la admiración, en el asombro por lo superior.

– El profeta, hombre que conmueve las conciencias

Dios al crearnos, tuvo en vista nuestra participación en su felicidad eterna. Y para este fin, no nos abandona en ningún instante, siempre velando sobre cada uno como si fuese su hijo único. El cuidado de la madre celosa en relación al niño, por ejemplo, que a todos conmueve, no pasa de un bello, pero pálido símbolo del amor divino.

viernes, 25 de junio de 2021

Comentario al Evangelio – Domingo XIII del T. O. (domingo 27 de junio) por Mons. João S. Clá Dias, EP


 Imagine si hoy Jesús entrase en los hospitales modernos, en las CTI y viese todos aquellos enfermos en sus camas. ¿Qué diría Jesús al ver las angustias y la desesperación de aquellos enfermos?

¡Basta tener fe!
Al operar la curación milagrosa de la hemorroísa [*] y la resurrección de la hija de Jairo, Jesús nos enseña que se conceden grandes gracias a los que tienen más fe.

[…] Amor humano de magnitud infinita

Por causa de la culpa original y de los pecados actuales, las puertas del Cielo estaban cerradas para nosotros y merecíamos la muerte eterna. Sin embargo, el Verbo, encarnado, experimenta en su humanidad sentimientos de inmensa compasión hacia nosotros. ¿En cuántas ocasiones, al ver a un ser querido partir de este mundo, no desearíamos haber muerto en su lugar? Ahora bien, Nuestro Señor Jesucristo nos amó tanto que se dio a sí mismo por nosotros y nos redimió con su sacrificio, dándonos acceso a la vida verdadera. Meditar en esta maravilla nos proporciona un beneficio monumental, porque con frecuencia somos asaltados por aflicciones, tentaciones, miedo, y a veces incurrimos en delitos funestos; pero si Nuestro Señor cura, resucita y perdona, Él tiene poder para aminorar nuestros problemas y levantarnos de cualquier caída. ¿Qué es necesario de nuestra parte? “¡Basta tener fe!”

jueves, 17 de junio de 2021

Comentario al Evangelio – Domingo XII del Tiempo Ordinario (domingo 20 de junio) por Mons. João S. Clá Dias, EP

[…] No lo vieron sino como hombre

39 Él se levantó y ordenó al viento y al mar: “¡Silencio, cállate!” El viento cesó y hubo una gran calma. 40 Entonces Jesús preguntó a los discípulos: “¿Por qué sois tan temerosos? ¿No tenéis fe?” 41 Ellos sintieron un gran miedo y se decían unos a otros: “¿Quién es este, a quien hasta el viento y el mar obedecen?”

Es bien paradigmática para nosotros esa tempestad por la cual pasaron los Apóstoles. ¿Por cuántos peligros no pasamos también nosotros, durante la vida? Si ellos son evitables, no debemos enfrentarlos; si a ellos nos exponemos, si los buscamos y los queremos, es seguro que pereceremos. La fuga, en estos casos, acompañada de la oración, es el mejor remedio.

viernes, 11 de junio de 2021

Comentario al Evangelio – Domingo XI del Tiempo Ordinario (domingo 13 de junio) por Mons. João S. Clá Dias, EP

 

La fuerza triunfante de la Iglesia

No es más que un pálido símbolo de la acción íntima, enérgica y perseverante del Espíritu Santo sobre los fieles, el dinamismo existente en una semilla. En consecuencia, la fuerza triunfante de lo que ha sido llamado a ser el Reino de Dios, la Santa Iglesia, debe, en algún momento, conquistar el mundo entero.

[…] Triturado, el grano esparce su fuerza

32ª “Cuando es sembrado, crece y se torna mayor que todas las hortalizas…”

El grano de mostaza es también símbolo de la predicación evangélica y de la Iglesia, iniciada por Jesucristo y continuada por los discípulos, en Judea y después en el mundo entero.

jueves, 3 de junio de 2021

Comentario al Evangelio – Solemnidad de Corpus Christi (domingo 6 de junio) por Mons. João S. Clá Dias, EP


(Solemnidad de Corpus Christi o del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo)

[…] III – Grandeza del misterio de la Eucaristía -

En efecto, la Eucaristía es uno de los misterios más profundos de nuestra Fe: las apariencias, los sabores y los aromas son de pan y vino; sin embargo, tanto en una como en la otra especie, sólo encontramos la sustancia del Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Cristo. Los sentidos nos presentan una realidad, pero nuestra fe nos propone otra, en la cual creemos.

jueves, 27 de mayo de 2021

Comentario al Evangelio – Solemnidad de la Santísima Trinidad (domingo 30 de mayo) por Mons. João S. Clá Dias, EP


I – Los presupuestos.

Los pocos versículos del Evangelio de la Solemnidad de la Santísima Trinidad son de fácil comprensión y hacen dispensables largas digresiones para profundizar su significado.

Pero es de capital importancia, para degustar mejor el relato de San Mateo en el final de su Evangelio, conocer exactamente las causas que llevaron a Jesús a afirmar a los apóstoles: “Toda autoridad me fue dada en el Cielo y en la Tierra”. O sea, por qué le cupo a Él, en calidad de Hijo del Hombre, dar a los apóstoles el poder oficial de enseñar a todas las naciones y bautizarlas en nombre de la Santísima Trinidad.

jueves, 20 de mayo de 2021

Comentario al Evangelio – Solemnidad de Pentecostés (domingo 23 de mayo) por Mons. João S. Clá Dias, EP

 
[…] Un diluvio de fuego inundará la Tierra

La conmemoración de la venida del Espíritu Santo nos ofrece la solución para todos los problemas del mundo contemporáneo. Con todo propósito escribe San Luis María Grignion de Montfort, en su Oración Abrasada: “El Reino especial de Dios Padre duró hasta el diluvio y terminó por un diluvio de agua; el Reino de Jesucristo terminó por un diluvio de sangre, pero vuestro Reino, Espíritu del Padre y del Hijo, continúa hasta el presente y será terminado por un diluvio de fuego, de amor y de justicia”. [8] El fuego quema, calienta e ilumina; y más adelante, San Luis Grignion [9] agrega que él renueva.