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III – El secreto de la verdadera felicidad.
La
Liturgia de este domingo se aplica con más propiedad a las almas consagradas,
invitadas por el Divino Redentor a abandonar todo para seguirlo. Pero los
mismos principios, de radicalidad en la entrega y entera dedicación a las
responsabilidades inherentes al propio estado de vida, son aplicables a todos
los bautizados, sean los escogidos para el sacerdocio o la vida religiosa, sean
los llamados a constituir una familia y ejercer una profesión.