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viernes, 28 de octubre de 2022

Comentario al Evangelio Domingo XXXI (T.O. Ciclo C) por Mons. João Clá Dias, EP

La admiración transforma

En cierto sentido, todos somos Zaqueo. Estando en esta vida en un estado de prueba, en cualquier momento Nuestro Señor Jesucristo puede venir hacia nosotros y llamarnos, usando una lectura, una conversación, una predicación, o quizás a través de un movimiento interno de la gracia.

miércoles, 19 de octubre de 2022

Comentario al Evangelio del 30° Domingo -Tiempo Ordinario, Ciclo C- por Mons. João S. Clá Dias, EP

La oración humilde salvó al publicano pecador.

13 El cobrador de impuestos, sin embargo, quedó distante, y ni se atrevía a levantar la mirada; pero se golpeaba el pecho diciendo: ‘¡Mi Dios, ten piedad de mí que soy pecador!’

Actitud, espíritu y palabras completamente diferentes de las asumidas y formuladas por el fariseo. En el publicano, todo es humildad, contrición y un pedido de clemencia. Usando una costumbre que ya no se ve en las Iglesias, se golpeó el pecho sin respeto humano. Contrariamente a las "modas piadosas" de hoy, nada de liviandad de espíritu, de disipación o de perpetua agitación; hablaba con Dios. Bien diferente a otros que ahora entran a las iglesias sin siquiera haber hecho una oración. El publicano nos da muchos ejemplos, incluido el meollo de su solicitud: "Dios mío, ten piedad de mí, porque soy un pecador".

jueves, 13 de octubre de 2022

Comentario al Evangelio XXIX Domingo del Tiempo Durante el Año - por Mons. João Clá Dias, EP

 

Vigilancia y Oración -

Constituía un verdadero sueño, para todo judío, la implantación de un reino mesiánico, de carácter político, sobre la Tierra. El anhelo constante de los israelitas era ver su pueblo dominando las otras naciones. Los propios apóstoles, en distintas ocasiones, buscaban saber del Divino Maestro si no había llegado la hora para la implantación de esa nueva era.

miércoles, 5 de octubre de 2022

La práctica de la verdadera gratitud (Domingo XXVIII del T.O. - Ciclo C) por Mons. João Clá Dias, EP

¡Cuán rara es la virtud de la gratitud! A menudo se practica sólo por educación y meras palabras. No obstante, para ser auténtico, debe rebosar de sinceridad desde el corazón. Es lamentable, dice el profesor Plinio Corrêa de Oliveira, que "la virtud de la gratitud se entiende hoy de manera contable. Entonces, si alguien me beneficia, debo responder, contablemente, con una porción de gratitud igual al beneficio recibido. Por lo tanto, existe un tipo de pago: el favor se paga con afecto, así como la mercancía se paga con dinero. Y, al recibir un favor tengo que arrancar de mi alma un sentimiento de gratitud. También quedo pagado, tengo un alivio, me siento satisfecho." [1]  Esta es una forma pagana, materialista de concebir la gratitud. Esta virtud es muy diferente cuando está impregnada del espíritu católico.