[…] - No
sacar la mirada de la eternidad -
Por lo tanto, es necesario ser conscientes de lo
rápido que pasamos por esta tierra. Nuestra atención no puede fijarse solo en
este mundo y olvidar el otro. ¡Cuántas veces a lo largo de los siglos hemos
encontrado que cuando una nación o área de civilización decide recurrir a Dios,
abriéndose a la perspectiva de la eternidad, todo lo bueno florece!
Por otro lado, cuando los hombres excluyen a Dios
del centro de sus vidas y roban su lugar, todo tipo de desastres y castigos
caen sobre ellos. Actualmente estamos en una era de inventos y magníficos
descubrimientos científicos que eran impensables en tiempos pasados. Ahora bien,
estas maravillas plantean un problema nuevo y grave para los hombres, ya que
ante ellas muchos pueden obsesionarse tanto que olvidan a Dios… Hoy en día, con
más ímpetu que antes, la inmoralidad parece querer destruir definitivamente la
moral, como lo indica la velocidad de degradación de la moda, las costumbres y
la familia.