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Acción de gracias junto a María
Santísima.
Delante de tanta sublimidad, ¿cómo debería ser nuestra acción de gracias al comulgar? ¡Debería ser un éxtasis de amor! Hecha con todo cariño y devoción, profunda y seria, llena de piedad, encanto, fuego y entusiasmo, y no un palabrerío vacío, interrumpido por distracciones, ajeno al tesoro que llevamos dentro de nosotros.
¡Con qué recogimiento y adoración habrá comulgado María Santísima! El profesor
Plinio Corrêa de Oliveira compuso una bella oración dirigida a Nuestra Señora,
en la cual interpreta la súplica de un fiel que gustaría de recibir la
Eucaristía con disposiciones semejantes a las de Ella: “Mi Madre, cuando Jesús estaba en vuestro claustro, encontrasteis
incontables cosas para decirle; ved, no obstante, ¡qué miserias yo digo en el
momento que lo recibo en la Sagrada Eucaristía! Por esto os pido: hablad por
mí, mi Madre, y decidle todo aquello que yo no soy capaz de decir. Adoradlo
como yo querría adorarlo; dadle la acción de gracias que yo querría darle;
presentadle actos de reparación por mis pecados y por los del mundo entero, con
un calor de reparación que, desgraciadamente, yo no tengo”. [21]Delante de tanta sublimidad, ¿cómo debería ser nuestra acción de gracias al comulgar? ¡Debería ser un éxtasis de amor! Hecha con todo cariño y devoción, profunda y seria, llena de piedad, encanto, fuego y entusiasmo, y no un palabrerío vacío, interrumpido por distracciones, ajeno al tesoro que llevamos dentro de nosotros.
Seamos, a ejemplo de Nuestra Señora, muy cuidadosos en nuestra acción de gracias: compenetrados de cuánto tenemos para agradecer a Jesús, para alabarlo y adorarlo, sin olvidarnos de pedir perdón por nuestras faltas. Que esta Solemnidad de Corpus Christi sea una ocasión ideal para llenar de fervor nuestro corazón con un amor más intenso por la Sagrada Eucaristía, pues es en este alimento celestial que encontraremos las fuerzas para enfrentar las dificultades de la vida, hasta que alcancemos la eternidad feliz.
Guiados por el insuperable ejemplo de María, tengamos la firme convicción que Él se complace con la acción de gracias de un pecador que se reviste de los méritos de Ella: “Debemos pedir que Nuestra Señora esté espiritualmente presente en nuestra comunión con el fin de que llene, de algún modo, el infinito espacio que nos separa de su Divino Hijo, el cual nos acogerá, satisfecho porque recurrimos a su Madre. Él entonces nos dirá: ‘Tú eres un hijo de María, mi Madre, pídeme lo que quieras’”. [22] Además de los pedidos individuales que podemos y debemos hacer, imploremos la gracia de realizar con frutos todo lo que estuviese a nuestro alcance para la mayor gloria de Dios y exaltación de la Santa Iglesia.
(CLÁ DIAS EP, Monseñor Joao S. in: “Lo inédito sobre los Evangelios” Vol. III,
Librería Editrice Vaticana)
[21]
CORRÊA DE OLIVEIRA, Plinio. Conferência. São Paulo, 24 mar. 1984.
[22]
CORRÊA DE OLIVEIRA, Plinio. Mane nobiscum Domine. In: Revista Dr. Plinio. São
Paulo. Ano XIII. N.143 (Fev., 2010); p.17.
Texto original completo: Comentário ao Evangelho Solenidade do Santíssimo Corpo e Sangue de Cristo (Corpus Christi)
Texto original completo: Comentário ao Evangelho Solenidade do Santíssimo Corpo e Sangue de Cristo (Corpus Christi)