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domingo, 25 de octubre de 2020

Comentario al Evangelio – XXX Domingo del T. O. (domingo 25 de octubre) por Monseñor João Clá Dias, EP

 

¡La sabiduría humana contra la Sabiduría divina!

[…] “De estos dos Mandamientos dependen toda la Ley y los profetas”

La Revelación –entre otros objetivos- tiene como propósito colocar a disposición de los hombres un claro compendio de doctrina y comportamiento de orden moral, a través de la Ley y de la sabiduría manifestada por Dios a sus profetas. Ahora bien, el fundamento y la sustancia de todo este tesoro están contenidos en estos dos preceptos, tal cual demostraría más tarde San Pablo, afirmando que la finalidad de la Ley es el amor: “el fin del precepto es la caridad” (I Tim 1, 5). Más aún, puede ser este amor, siempre según el Apóstol, “el pleno cumplimiento de la Ley” (Rm 13, 10).

III – María, insuperable ejemplo de amor

María Santísima es para toda la humanidad –y hasta para los propios ángeles- un insuperable ejemplo de perfección del amor a Dios y al prójimo, que nos es recomendado por su Divino Hijo, en el Evangelio de este domingo. San Alberto Magno llega a decir que Ella, más que cualquier otra criatura, vivió siempre muerta para el mundo y para todo lo que era inferior a Dios. Su vida siempre estuvo oculta en Dios, habitando en su Santuario y, por lo tanto, muchísimo más que San Pablo, podría haber dicho Ella, desde el primer instante de su creación: “Yo vivo, pero no soy más yo, es Cristo que vive en mí” (Gl 2, 20).

Que Nuestra Señora del Divino Amor obtenga la plenitud de la práctica de estos dos preceptos para todos aquellos y aquellas que contemplen el Evangelio de este XXX Domingo del Tiempo Ordinario.

Texto original en portugués: Comentários ao Evangelho XXX Domingo do Tempo Comum – Ano A – Mt 22,34-40

Monseñor João Scognamiglio Clá Dias, EP es fundador de los Heraldos del Evangelio.

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