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Plinio Corrêa de Oliveira |
En efecto, el proceso caótico que todos presenciamos y padecemos, por así decir, se mueve en la inmovilidad. De aquí, de allá, de acullá son desavenencias que se manifiestan, situaciones tan tensas y críticas, que se diría que una guerra mundial explota en cualquier momento en cualquier lugar. Sin embargo, en ese gira-gira del caos las situaciones terminan quedando inmóviles.
Acobardado delante de la multiplicación de las catástrofes y ruinas morales y materiales, el hombre de hoy se abate lamentando: "¡la destrucción es la regla de la vida y a ella todos tienen que someterse, todo se rompe y nada tiene significado, las cosas no significan más nada!”
De todo este panorama parece extraerse el siguiente mensaje: “¡Acostúmbrate y comprende que nada tiene razón de ser! ¡La razón humana está extinguida y nada más sucederá razonablemente, nunca más! Pero esto no te será dicho explícitamente: el funcionamiento de los acontecimientos mundiales será cada vez más absurdo y desordenado. ¡Y todos habrán de acostumbrarse a la idea de que el absurdo asumió el cetro del mundo!”
*Publicado originalmente por Servicio de Prensa de la TFP (Sao Paulo, Brasil), 12 de abril de 1991
Fuente: @redearautos en Telegram