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jueves, 30 de enero de 2020

Comentario a la Fiesta de la Presentación del Señor (domingo 2 de febrero) por Mons. Joao S. Clá Dias, EP


[…] Signo de contradicción, para que se revelen los secretos de los corazones.

34b “Este Niño va a ser causa tanto de caída como de elevación de muchos en Israel. Él será un signo de contradicción”.

En el primer libro de sus homilías, San Beda, el Venerable, así dice: "Con alegría se escuchan estas palabras, que expresan que el Señor estaba destinado a lograr la resurrección universal, de acuerdo con lo que Él mismo dijo: ‘Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá’ (Juan 11, 25). Pero qué terribles suenan aquellas palabras: ‘¡Este Niño va a ser causa tanto de caída como de elevación!’

“Verdaderamente infeliz es aquel que, después de haber visto su luz, queda sin embargo, ciego por la niebla de sus vicios…, porque según el Apóstol ‘mejor habría sido que no hubieran conocido el camino de la justicia, del que, después de haberlo conocido, volvieron atrás, abandonando la ley que les fue enseñada’ (II Pd 2, 21).

"Los judíos y los gentiles lo contradicen y, lo que es más grave, los cristianos que, profesando interiormente al Salvador, lo desmienten con sus acciones". 6

35ª ‘Serán así revelados los pensamientos de muchos corazones”.

Continúa San Beda: ‘Antes de la Encarnación estaban ocultos muchos pensamientos, pero una vez nacido en la Tierra el Rey de los Cielos, el mundo se alegró, mientras Herodes se perturbaba y con él toda Jerusalén. En cuanto Jesús predicaba y hacía milagros, las turbas se llenaban de temor y glorificaban al Dios de Israel; pero los fariseos y escribas acogían con rabiosas palabras los dichos procedentes de los labios del Señor y de las obras que realizaba.

“Cuando Dios sufría en la Cruz, los impíos rieron con alegría necia y lloraron con amargura los piadosos; pero, cuando resucitó de entre los muertos y ascendió al cielo, la alegría de los impíos cambió por tristeza, y la pena de sus amigos se convirtió en alegría ".7

Aún hoy y hasta el Juicio Final, los cristianos, otros Cristos, son “signos de contradicción” y, en función de ellos, se revelarán los pensamientos escondidos en los corazones de muchos.

Presentación del Señor en el Templo
María Corredentora, y el amor a nuestras cruces

María es Corredentora del género humano. Esta profecía de Simeón, Ella ya la conocía. Más aún, estaría gravada en su espíritu hasta la resurrección de Jesús. Ella es la Reina de los Mártires y, desde la Anunciación, sufriría con Cristo, por Cristo y en Cristo.

Somos invitados en este trecho del Evangelio a darle un carácter de holocausto a los dolores que nos fueran permitidos por la Providencia. Tengamos amor a las cruces que nos toquen, uniéndonos a Jesús y a María en esta grandiosa escena de la Presentación.

6) SAN BEDA Homiliæ Genuinæ. L.I, hom.XV: ML 94, 81.
7) Idem, 82.

Texto completo: COMENTÁRIOS À  FESTA DA APRESENTAÇÃO DO SENHOR — 2 DE FEVEREIRO — EVANGELHO Lc 2, 22-40, por Mons. JoaoS. Clá Dias, EP