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sábado, 28 de diciembre de 2024

Comentario al Evangelio –La Sagrada Familia de Jesús, María y José- por Mons. João Clá Dias, EP

 

El destino sobrenatural de la familia

A menudo se dice que Nuestro Señor instituye el matrimonio como sacramento en las Bodas de Caná. De hecho, Él va a ese casamiento para santificar la unión entre los dos cónyuges. Pero no está mal pensar que en el momento en que se constituyó la Sagrada Familia, se colocó allí la piedra fundamental del destino sobrenatural de la familia.

domingo, 22 de diciembre de 2024

Comentario al Evangelio - IV Domingo de Adviento (Ciclo C) por Mons. João S. Clá Dias, EP

 

Pidamos a la Virgen que nos hable en el fondo del corazón y nos transforme.

Es interesante analizar el elogio de Isabel a María Santísima, al reconocerla como "Aquella que creyó". Venía ella padeciendo desde hacía seis meses las consecuencias de la incredulidad de su esposo que, por dudar del anuncio angélico sobre el nacimiento de San Juan Bautista, quedó mudo.

sábado, 14 de diciembre de 2024

Comentario al Evangelio - III Domingo de Adviento o Gaudéte* (Ciclo C) por Mons. João S. Clá Dias, EP

 

La alegría está a nuestro alcance.

Tener siempre en vista la propia resurrección, a pesar de conocer perfectamente la desintegración de los cuerpos, después de enterrados y transformados en polvo; tener una esperanza de, post mortem entrar en una convivencia eterna con Dios, después de haber recuperado el mismo cuerpo en estado glorioso para en el Cielo gozar de la felicidad eterna; ahí está lo que nos da fuerza y ​​coraje. Entonces, ¿por qué correr detrás de alegrías dónde no existen?

jueves, 5 de diciembre de 2024

Comentario al Evangelio - Domingo II de Adviento (Ciclo C) por Mons. João Clá Dias, EP

Dios nos llevará hasta el final

El Evangelio de este 2º Domingo de Adviento, al mostrarnos la estrecha relación entre la conversión y la felicidad, nos propone un desafío. Por un lado, comprendemos la necesidad de poner en práctica las amonestaciones de San Juan Bautista, reformándonos espiritualmente. De otro, nos pesan las consecuencias del pecado original y de nuestros pecados actuales, y vemos cuán incapaces somos de llevar a cabo una reforma interior sin la fuerza de la gracia de Dios. ¡No conseguimos siquiera hacer digna penitencia por nuestras faltas! Es el desafío de la santidad, ante el cual se encuentra todo cristiano. Nos corresponde no desanimar nunca, sino creer con fe robusta que Él, habiendo comenzado en nosotros esa buena obra, la llevará a la perfección, según escribe San Pablo a los Filipenses en el pasaje escogido para la lectura de este domingo. (cf. Fi 1, 6). Tal obra se inicia con el Bautismo, cuando Dios introduce en el alma la gracia, haciéndola participar de la vida divina. Como una semilla, debe desarrollarse durante toda la existencia, "hasta alcanzar en cada uno de nosotros la plenitud que corresponda al grado de nuestra predestinación en Cristo". [1]