No es más que un pálido símbolo de la acción íntima, enérgica y perseverante del Espíritu Santo sobre los fieles, el dinamismo existente en una semilla. En consecuencia, la fuerza triunfante de lo que ha sido llamado a ser el Reino de Dios, la Santa Iglesia, debe, en algún momento, conquistar el mundo entero.
[…]
Triturado,
el grano esparce su fuerza
32ª
“Cuando es sembrado, crece y se torna mayor que todas las hortalizas…”
El
grano de mostaza es también símbolo de la predicación evangélica y de la Iglesia,
iniciada por Jesucristo y continuada por los discípulos, en Judea y después en
el mundo entero.
¿Quién
creería que aquél puñado de hombres simples, que acompañaban a Jesús, sería
suficiente para hacer conocida, amada y practicada por toda la Tierra la nueva
doctrina que el Maestro les había enseñado? Sólo una osadía divina sería capaz
de concebir este plan de infundir en las almas de sus seguidores el coraje para
llevarlo a cabo.
La
Iglesia nacería como la semilla que al romperse da origen al árbol. Jesucristo
había profetizado a sus discípulos dificultades, sufrimientos y persecuciones.
San
Ambrosio también afirma que: “Sin duda, el grano de mostaza es algo vil y
diminuto, y expande su fuerza luego de ser triturado. Así también la fe: al
principio parece una cosa sencilla, pero, puesta a prueba por la adversidad,
expande la gracia de su valor hasta embriagar con su perfume a todos los que
escuchan o leen algo sobre ella”. [1]
Con
literaria belleza es señalada por un autor francés del siglo XVIII, la
necesidad que tiene toda alma de sufrir: “Este grano no tiene fuerza mientras
está entero. Sin embargo, cuando es molido o aplastado, adquiere una viva y
picante acritud. Aquí hay un hermoso símbolo del cristiano en esta vida: cuando
no tiene nada que sufrir, por lo general no tiene fuerza ni vigor; pero cuando
es perseguido, oprimido, pisoteado, cuando sufre, cuando es humillado y
reducido a polvo, entonces su fe se vuelve más viva, su amor más ardiente, su
corazón más inflamado por el fuego del Espíritu Santo, en el cual él ardió,
esto es lo que le da nuevo vigor”. [2]
El
árbol de la Iglesia, reposo para los sabios
32b
“... y extiende ramas tan grandes, que los pájaros del cielo pueden abrigarse a
su sombra”.
Al
colocar este hermoso detalle al final de la parábola, Jesús previó la victoria
de su doctrina incluso entre los más poderosos. Al colocar este hermoso detalle
al final de la parábola, Jesús previó la victoria de su doctrina incluso entre
los más poderosos. Genios, filósofos y sabios, renunciando a la vanidad de su
ciencia, se pondrían a la sombra de la palabra del Evangelio, la única que
ilumina y trae paz de conciencia.
Sobre
esto, escribe Teofilato: “Muy pequeña es, en realidad, la palabra del
Evangelio: ‘Cree en Dios y serás salvo’. Predicada en la Tierra, sin embargo,
se expandió y creció de tal manera que las aves del cielo, es decir, hombres de
contemplación y dotados de verdadero entendimiento, llegaron a vivir bajo su
sombra. ¡Cuántos sabios, abandonando la sabiduría de los paganos, encontraron
su descanso en el Evangelio anunciado!" [3]
Y,
pintorescamente, el cardenal Isidro Gomá agrega: “Las aves apetecen la semilla
de este arbusto y se posan en sus ramas para comerla. […] Representan estas
avecitas, los pueblos del mundo entero que vienen a posarse en el árbol de la
Iglesia para recibir sus beneficios”. [4] ◊
[1]
SAN AMBROSIO. Tratado sobre el Evangelio de San Lucas. L.VII, n.178. In:
Obras. Madrid: BAC, 1966, v.I, p.438.
[2]
PERDOUX, Eugène; PACCORI, Ambroise. Épîtres et Évangiles avec des explications.
Paris: Jean Mariette, 1727, t.I, p.246.
[3]
TEOFILATO, apud SÃO TOMÁS DE AQUINO, op. cit., v.30-34.
[4]
GOMÁ Y TOMÁS, Isidro. El Evangelio explicado. Años primero y segundo de la vida
pública de Jesús. Barcelona: Rafael Casulleras, 1930, v. II, p.277.
Fuente:
Monseñor João S. Clá Dias, EP in “Lo inédito sobre los Evangelios” Volumen II,
Librería Editríce Vaticana.
Monseñor João S. Clá Dias, EP
es fundador de los Heraldos del Evangelio.
Se autoriza su publicación citando la fuente.
Que hermoso lo que representan las avecitas,que se posan en las ramas de este arbusto.
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