Sin
cruz no hay gloria
El
único camino que nos lleva al Cielo es el que recorrió el Redentor. Fuera de
él, cualquier propuesta que se nos presente será falaz y culminará en el
fracaso eterno. ¡No nos engañemos!
Una
corona reservada a los violentos
En
una ocasión posterior a la escena narrada en el extraordinario Evangelio de
este domingo, Nuestro Señor Jesucristo declara que el Reino de los Cielos
pertenece a los violentos (cf. Mt 11, 12). ¿Quiénes son éstos? Aquellos que
están dispuestos a sacar lo mejor de sí mismos durante las pruebas para
rendirle a Dios el homenaje de su fidelidad. Y sólo los que perseveren hasta el
final en esta dura lucha conquistarán, de hecho, los honores del Paraíso.
Necesitamos conseguir fuerzas para esta tan desafiante empresa, recurriendo asidua y confiadamente a la oración, seguros de que con nuestras propias fuerzas no lograremos nada. Como afirma el gran San Alfonso María de Ligorio, «quien reza se salva, quien no reza se condena». Está, pues, en nuestras manos conquistar esa corona. ◊
Tomado de: Revista Heraldos del Evangelio, septiembre de 2024
Fuente:
Monseñor João S. Clá Dias, EP in “Lo inédito sobre los Evangelios” Volumen II,
Librería Editríce Vaticana.
Monseñor João S. Clá Dias, EP es fundador de los Heraldos del Evangelio.
Se autoriza su publicación citando la fuente.
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