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jueves, 4 de mayo de 2023

Comentario al Evangelio – V Domingo de Pascua (Ciclo A) por Mons. João Clá Dias, EP

 

"Por la fe en el amor que recibimos, realizaremos maravillas"

El Evangelio de este 5° Domingo de Pascua nos llama a la confianza inquebrantable en el amor de Jesús por nosotros, capaz de establecer orden y tranquilidad en nuestros corazones, disipando todas las angustias.

Si nuestra fe en Él es robusta, nuestra inteligencia se dilatará, nuestro amor se fortalecerá y viviremos en la obediencia a Dios y en la disposición de servirlo hasta el holocausto. Si tenemos, sobre todo, el alma impregnada de admiración, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo estarán presentes en nosotros, y entonces podremos decir como San Pablo: “Yo vivo, pero ya no soy yo: es Cristo que vive en mi” (Gal 2,20).

La Providencia quiso reservar gracias especiales e inéditas para este período de la Historia en la cual nacimos. A pesar de nuestras flaquezas e insuficiencias, Dios nos utilizará como instrumentos para realizar sus maravillas, y de esto debemos compenetrarnos. Si nos atemoriza la idea de ser pocos, en relación al mundo entero que le da las espaldas a Él, recordemos que la eficacia de nuestra acción no es una cuestión de número, sino de convicción en el poder del Padre. Así procedió la Santísima Virgen al pronunciar las palabras que dieron un nuevo rumbo a la humanidad: “Hágase en mí, según tu palabra” (Lc 1, 38).

Confiemos en el inminente triunfo de María Santísima, la “puerta abierta que nadie puede cerrar” (Ap 3, 8), la cual dará acceso a la era histórica en que todas las naciones reconocerán a Nuestro Señor Jesucristo como el Camino, la Verdad y la Vida.

Fuente: Monseñor João S. Clá Dias, EP in “Lo inédito sobre los Evangelios” Volumen I, Librería Editrice Vaticana.

Monseñor João S. Clá Dias, EP es fundador de los Heraldos del Evangelio.

Se autoriza su publicación citando la fuente.

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Evangelio del Domingo V de Pascua de la Resurrección del Señor según san Juan (14,1-12):
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino»
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto»
Felipe le dice:
«Señor, muéstranos al Padre y nos basta»
Jesús le replica:
«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras.
En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre».

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