Páginas

jueves, 5 de enero de 2023

Comentarios al Evangelio Fiesta del Bautismo del Señor (Ciclo A) por Mons. João Clá Dias, EP

 

[…] Sí, filiación real, porque por medio de este Sacramento [Bautismo] Dios injerta en nosotros su propia vida. No como lo es, un revoque extrínseco a una pared y que no la modifica internamente, sino como si alguien, por milagro, inyectase oro en esa misma pared, al punto de casi no verse más arena o yeso, pero sí el precioso metal. Esta figura todavía es inadecuada y pobre para expresar lo que sucede en el alma cuando le es infundida una cualidad sobrenatural que la hace deiforme, o sea, semejante a Dios en su propia divinidad. Y con la gracia santificante el alma recibe, por acción divina, las virtudes –fe, esperanza, caridad, prudencia, justicia, fortaleza y templanza- y los dones del Espíritu Santo –sabiduría, entendimiento, ciencia, consejo, piedad, fortaleza, temor-, por los cuales comienza a obrar como Dios.

En este mundo, ¿cuántas veces las personas anhelan un lugar en una universidad, un trabajo, un club u otros lugares que las puedan prestigiar? Ahora bien, en el Cielo tenemos reservado un lugar eterno, un trono extraordinario, una corona de gloria, a partir del momento en que las aguas bautismales caen sobre nuestra cabeza, constituyéndonos herederos de Dios y garantizándonos la convivencia con Él en una felicidad sin fin.

El gran problema de nuestros días es haber sido olvidada esta verdad. Vivimos en una civilización –si así podemos llamarla- hecha de pecado, especialmente la impureza, la rebelión contra Dios y el igualitarismo. En ella la humanidad ignora lo principal de su existencia: el llamamiento para esa filiación divina. ¡Cuánto precisaríamos crecer en la devoción a nuestro Bautismo personal, al Bautismo de los otros con quienes nos relacionamos! ¡Que veneración deberíamos conservar por la pila bautismal donde fuimos bautizados! ¡Cómo tendríamos que celebrar con fervor el día de nuestro Bautismo considerándolo mucho más importante que el propio día del nacimiento, porque en él nacemos para la vida sobrenatural, nacemos para el Cielo! He aquí la maravilla que nos recuerda el Bautismo de Nuestro Señor Jesucristo. 

Fuente: Mons. João Scognamiglio Clá Dias in “Lo inédito sobre los Evangelios” Vol. I, Librería Editríce Vaticana.

Monseñor João S. Clá Dias, EP es fundador de los Heraldos del Evangelio

Se autoriza su publicación citando la fuente.

Fotografía secundaria: Bautismo en la Capilla de los Heraldos del Evangelio, Cuiabá (Brasil), Douglas Fernandes Fotografía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario