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sábado, 12 de enero de 2019

Comentarios al Evangelio de la Fiesta del Bautismo del Señor (domingo 13 de enero) por Monseñor João S. Clá Dias, EP*

[…] Primera manifestación de la Santísima Trinidad
22ª “…y el Espíritu Santo descendió sobre Jesús en forma visible, como paloma”.
Monseñor Joao S. Clá Dias, EP
Desde toda la eternidad Dios concibió la paloma con la intención de, en determinado momento, representar la Tercera Persona de la Santísima Trinidad. San Cipriano afirma ser ésta un ave peculiar por estar siempre llena de serenidad, nunca usar el pico con la intención de herir a alguien y ser doméstico, al punto de, al dar cría, permanece con sus pichones en familia y en un mismo lugar. [23]
Además, no es asustadiza y se deja dominar por el hombre con mansedumbre. Santo Tomás declara que el Espíritu Santo escogió la forma de paloma para aparecer después del Bautismo de Nuestro Señor, entre otras razones, para significar que debemos aproximarnos al Bautismo con sencillez y sin fingimiento. [24]
La figura de la paloma era conveniente, por tanto, para hacernos comprender que, habiendo sido bautizados y transformados en templos del Espíritu Santo, tenemos la necesidad única de conservar ese templo del alma con la sencillez y la candor de la paloma, es decir, en la inocencia.
22b "Y del cielo vino una voz: 'Tú eres mi Hijo amado, en ti pongo mi bienquerencia'".
Escena magnífica, que hace público y manifiesto, por primera vez en la historia, el misterio de la Santísima Trinidad. El Padre, haciendo oír su voz, y el Espíritu Santo, haciéndose visible en forma de paloma, dan testimonio de la divinidad de Cristo. En efecto, "el Padre es invisible, pero el Hijo es igualmente invisible en su divinidad, una vez que ‘nadie ha visto a Dios’ (Jn 1, 18); pues siendo el Hijo también Dios, en cuanto Dios no se puede ver el Hijo en Él. Sin embargo, quiso que Él mostrarse en un cuerpo; y como el Padre no tiene cuerpo, quiso probar que se encuentra presente en el Hijo, al decir: 'Tú eres mi Hijo, en ti me complazco'. […]
El poder de una divinidad sin diferencias hace que no exista diversidad entre el Padre y el Hijo, pero indica que el Padre y el Hijo tienen parte de un mismo poder. Creamos en el Padre, cuya voz los elementos dejaron oír; creamos en el Padre, a cuya voz los elementos prestaron su ministerio”. [25]
III – ¡Sepamos ser agradecidos con Dios!
"El Bautismo es esplendor de las almas, transformación de la vida, [...] es ayuda a nuestra fragilidad. [...] El Bautismo es un vehículo que conduce a Dios, peregrinación junto a Cristo, apoyo de la fe, perfección de la mente, clave del Reino de los Cielos, cambio de vida, destrucción de la esclavitud y liberación de las amarras ", [26] enseña San Gregorio Nacianceno.

El Bautismo del Señor
La Fiesta del Bautismo del Señor debe inundarnos de esperanza y de santa alegría, por mostrarnos la fuerza regeneradora del perdón y de la misericordia divina, en la que debemos confiar en cualquier circunstancia de nuestra vida. Por peor que pueda llegar a ser nuestra situación, si sabemos tener fe y nos mantenemos íntegros en el cumplimiento de los santos mandamientos, nunca dejará de haber para todo una solución, pues "para Dios nada es imposible". (Lc 1, 37).
Seamos agradecidos con Nuestro Señor por todo lo que ha realizado por nosotros. Con el Bautismo Jesús da inicio a su vida pública, así como con esta celebración la Liturgia marca la entrada en el Tiempo Ordinario, el cual considerará toda la misión del Divino Maestro, acompañándolo en sus predicaciones y manifestaciones durante las diversas lecturas litúrgicas del año. Habiendo contemplado las maravillas de este pasaje del Evangelio, pidamos a Nuestro Señor gracias en profusión, capaces de hacernos cruzar-al final de nuestra peregrinación terrena- las puertas del Cielo que Él nos ha franqueado en este magnífico día.
(CLÁ DIAS EP, Mons. João S. In “Lo inédito sobre los Evangelios” Volumen III, Librería Editrice Vaticana)
Texto completo: Comentários ao Evangelho Festa do Batismo do Senhor - Ano C -Lc 3,15-16.21-22
*Fundador de los Heraldos del Evangelio


[23] Cf. SAN CIPRIANO. De la unidad de la Iglesia, n.9. In: Obras. Madrid: BAC, 1964, p.151.
[24] Cf. SANTO TOMAS DE AQUINO, O. cit., q.39, a.6, ad 4.
25) SAN AMBROSIO. Tratado sobre el Evangelio de San Lucas. L.II, n.94-95. In: Obras. Madrid: BAC, 1966, v.1, p.144-145.
26) SAN GREGORIO NAZIANZENO. Homilía XL, n.3. In: Homilías sobre la Natividad, op. cit., p.96-97