La alegría en la persecución.
“Bienaventurados los perseguidos por causa de la
justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. 11 Bienaventurados seréis
cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra
vosotros por mi causa. 12 Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será
grande en los Cielos”.
Por amor a la justicia —es decir, la santidad— atravesaremos sin duda momentos en esta vida en los cuales seremos incomprendidos e incluso perseguidos.