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jueves, 25 de junio de 2020

Comentario al Evangelio XIII Domingo T.O. (domingo 28 de junio) por Mons. João Clá Dias, EP

¿Vivimos injertados en Cristo o en el mundo? ¿Dónde encontraremos paz de alma y cómo podremos cumplir la finalidad sobrenatural para la cual hemos sido creados?

[…] La adhesión al Señor acarrea lucha

En este contexto se comprende mejor la advertencia del Divino Maestro, mencionada anteriormente: “No penséis que he venido a la tierra a sembrar paz: no he venido a sembrar paz, sino espada” (Mt 10, 34). Si pertenecemos al mundo, no causamos extrañeza en los círculos sociales y somos aceptados con naturalidad. Sin embargo, a partir del momento en que cambiamos de conducta y adecuamos la vida a la Ley de Dios, pasamos de la paz a la espada. Se rompe esa conexión con nuestro ambiente y nos convertimos en una piedra de escándalo, a semejanza del Divino Maestro (cf. Lc 2, 34), porque la observancia de las reglas de la moral constituye un “non licet tibi —no te es lícito” (Mt 14, 4), que suscita problemas de conciencia en los pecadores y provoca indignación. Por eso, los buenos no son tolerados y son perseguidos, muchas veces, incluso por los más cercanos.

jueves, 18 de junio de 2020

Comentario al Evangelio – XII Domingo T.O. (domingo 21 de junio) por Mons. Joao S. Clá, EP

[…] II – Comentario al Evangelio

Este es el fondo de cuadro del Evangelio de hoy, y por esto comienza con el firme consejo:

26 No tengan miedo de ellos

Jesús envía sus discípulos en misión y profetiza las persecuciones que por causa suya sufrirán, conforme lo relatan los versículos anteriores. Por esto les recomienda que confíen en sus consejos, como por ejemplo, que sean perseverantes y valientes en la predicación del Evangelio, pues serán amparados y protegidos por el Padre que está en los Cielos, sobre todo en lo relativo a la salvación eterna. Esta será la constante de los otros trechos.

viernes, 12 de junio de 2020

Comentario al Evangelio – Solemnidad de Corpus Christi (domingo 14 de junio), por Mons. João Clá Dias, EP

[…] IV – Sepamos retribuir sin medidas

Lamentablemente, muchas veces no evaluamos con profundidad todos los beneficios recibidos en este sacral convivio con la Eucaristía en la cual nuestro Divino Redentor está realmente presente como cuando transformó el agua en vino en las bodas de Caná, o cuando resucitó a Lázaro, o cuando expulsó los mercaderes del Templo. ¿Qué no daríamos para presenciar un único milagro de Jesús u oír alguno de sus sermones? ¿O recibir una sola mirada de Él? Cuando lleguemos al Cielo, si Dios nos concede esa gracia suprema, comprenderemos que un instante de adoración eucarística compensa mil años de sacrificios en la Tierra.

viernes, 5 de junio de 2020

Comentario al Evangelio – Solemnidad de la Santísima Trinidad (domingo 7 de junio) por Mons. Joao Clá Dias, EP


[…] II- No basta la fe, es necesario dar testimonio

Creer significa aplicar en la propia vida aquello en que se creyó. Es indispensable, pues, que haya de nuestra parte esta creencia en Nuestro Señor Jesucristo, no de manera etérea, sino de acuerdo con el momento histórico actual. Y, como a lo largo de los siglos el mal se presenta bajo nuevos aspectos, tenemos la obligación de manifestar la fe en Cristo de modo conveniente a la situación que vivimos. En los primeros tiempos del cristianismo los fieles eran conducidos por el soplo del Espíritu Santo, al punto de estar dispuestos a entregar todo cuanto poseían, como se narra en los Hechos de los Apóstoles (cf. Hechos 2, 44-46).