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domingo, 16 de junio de 2024

Comentario al Evangelio – Domingo XI del T.O. (Ciclo B) por Mons. João S. Clá Dias, EP

 

La fuerza triunfante de la Iglesia

No es más que un pálido símbolo de la acción íntima, enérgica y perseverante del Espíritu Santo sobre los fieles, el dinamismo existente en una semilla. En consecuencia, la fuerza triunfante de lo que ha sido llamado a ser el Reino de Dios, la Santa Iglesia, debe, en algún momento, conquistar el mundo entero.

[…] Triturado, el grano esparce su fuerza

32ª “Cuando es sembrado, crece y se torna mayor que todas las hortalizas…”

El grano de mostaza es también símbolo de la predicación evangélica y de la Iglesia, iniciada por Jesucristo y continuada por los discípulos, en Judea y después en el mundo entero.

¿Quién creería que aquél puñado de hombres simples, que acompañaban a Jesús, sería suficiente para hacer conocida, amada y practicada por toda la Tierra la nueva doctrina que el Maestro les había enseñado? Sólo una osadía divina sería capaz de concebir este plan de infundir en las almas de sus seguidores el coraje para llevarlo a cabo.

La Iglesia nacería como la semilla que al romperse da origen al árbol. Jesucristo había profetizado a sus discípulos dificultades, sufrimientos y persecuciones.

San Ambrosio también afirma que: “Sin duda, el grano de mostaza es algo vil y diminuto, y expande su fuerza luego de ser triturado. Así también la fe: al principio parece una cosa sencilla, pero, puesta a prueba por la adversidad, expande la gracia de su valor hasta embriagar con su perfume a todos los que escuchan o leen algo sobre ella”. [1]

Con literaria belleza es señalada por un autor francés del siglo XVIII, la necesidad que tiene toda alma de sufrir: “Este grano no tiene fuerza mientras está entero. Sin embargo, cuando es molido o aplastado, adquiere una viva y picante acritud. Aquí hay un hermoso símbolo del cristiano en esta vida: cuando no tiene nada que sufrir, por lo general no tiene fuerza ni vigor; pero cuando es perseguido, oprimido, pisoteado, cuando sufre, cuando es humillado y reducido a polvo, entonces su fe se vuelve más viva, su amor más ardiente, su corazón más inflamado por el fuego del Espíritu Santo, en el cual él ardió, esto es lo que le da nuevo vigor”. [2]

El árbol de la Iglesia, reposo para los sabios

32b “... y extiende ramas tan grandes, que los pájaros del cielo pueden abrigarse a su sombra”.

Al colocar este hermoso detalle al final de la parábola, Jesús previó la victoria de su doctrina incluso entre los más poderosos. Al colocar este hermoso detalle al final de la parábola, Jesús previó la victoria de su doctrina incluso entre los más poderosos. Genios, filósofos y sabios, renunciando a la vanidad de su ciencia, se pondrían a la sombra de la palabra del Evangelio, la única que ilumina y trae paz de conciencia.

Sobre esto, escribe Teofilato: “Muy pequeña es, en realidad, la palabra del Evangelio: ‘Cree en Dios y serás salvo’. Predicada en la Tierra, sin embargo, se expandió y creció de tal manera que las aves del cielo, es decir, hombres de contemplación y dotados de verdadero entendimiento, llegaron a vivir bajo su sombra. ¡Cuántos sabios, abandonando la sabiduría de los paganos, encontraron su descanso en el Evangelio anunciado!" [3]

Y, pintorescamente, el cardenal Isidro Gomá agrega: “Las aves apetecen la semilla de este arbusto y se posan en sus ramas para comerla. […] Representan estas avecitas, los pueblos del mundo entero que vienen a posarse en el árbol de la Iglesia para recibir sus beneficios”. [4]

[1] SAN AMBROSIO. Tratado sobre el Evangelio de San Lucas. L.VII, n.178. In: Obras. Madrid: BAC, 1966, v.I, p.438.

[2] PERDOUX, Eugène; PACCORI, Ambroise. Épîtres et Évangiles avec des explications. Paris: Jean Mariette, 1727, t.I, p.246.

[3] TEOFILATO, apud SÃO TOMÁS DE AQUINO, op. cit., v.30-34.

[4] GOMÁ Y TOMÁS, Isidro. El Evangelio explicado. Años primero y segundo de la vida pública de Jesús. Barcelona: Rafael Casulleras, 1930, v. II, p.277.

Fuente: Monseñor João S. Clá Dias, EP in “Lo inédito sobre los Evangelios” Volumen II, Librería Editríce Vaticana.

Monseñor João S. Clá Dias, EP es fundador de los Heraldos del Evangelio.

Se autoriza su publicación citando la fuente.

1 comentario:

  1. Que hermoso lo que representan las avecitas,que se posan en las ramas de este arbusto.

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